Celebrarse el sorteo para el Mundial de Alemania y volver a dispararse la euforia en torno a la selección ha sido todo uno. Era de imaginar. Las declaraciones de prudencia, de cautela y mesura, surgidas especialmente tras la conclusión de la fase previa de grupos, han saltado por los aires por obra y gracias de la composición de los grupos y el capricho de las bolitas mágicas, que han encuadrado a España junto a Ucrania, Túnez y Arabia Saudí en el Grupo H. Se habla del "grupo más fácil del Mundial", de "la flor de Luis", de una primera fase "chupada"... ya por hablar hasta se habla del enfrentamiento de cuartos frente a Brasil.
Está claro que en el grupo de la muerte no hemos caído (éste se reserva últimamente para Argentina, donde está muy contentos por esta circunstancia; por cierto, para Italia esta vez parece que han preferido un grupo complicado antes que masacrarles a malos arbitrajes como hace cuatro años). Pero, de momento, se me ocurre que el grupo mundialista es más complicado que el de clasificación de la zona europea (recordemos, Serbia y Montenegro, Bélgica, Lituania, Bosnia y San Marino), de la cual ya se han dicho suficientes cosas para añadir más.
El debut será contra Ucrania y a las 3 de la tarde (peligroso, porque ya tenemos la excusa de la hora inhabitual. A propósito, en Ucrania no es tan extraño jugar a esas horas, al contrario). De esta selección conocemos a Shevchenko pero el conjunto del mítico Oleg Blokhin es algo más. Sobre todo, un bloque difícil de superar, que se ha convertido en el mejor exponente del fútbol de la antigua Unión Soviética. De hecho, la mayoría de los jugadores que tan buena impresión dejaron en los Mundiales de España 82 y México 86 (incluído el propio Blokhin) eran ucranianos y jugaban en el Dinamo de Kiev. Además del peligro que supone Shevchenko, no perdamos de vista a Husin y Gusev. El primero de ellos, un delantero con peligro. El segundo, un centrocampista con llegada. Atentos también a Andriy Rusol, toda una sorpresa llegada del Dnipro Dnipropetrovsk. Un zaguero de la escuela rusa, con poderío para sacar el balón con elegancia, iniciar la jugada e incorporse con alegría al ataque. Un digno heredero de figuras como Sergeiy Baltacha o el más reciente Ilya Tsymbalar, ambos del Spartak de Moscú. Del "brasileñizado" Shaktar Donetzsk llega Tymoshuk, otro futbolista que da empaque a un poderoso centro del campo. Y un par de datos más. En la fase de grupo sólo han encajado 7 goles en 12 partidos. Y los predecentes contra España los encontramos en la clasificación para la Eurocopa de Portugal. Empate en Kiev y victoria con suspense en España. Ninguno de los dos partidos fue sencillo. Para los que echen de menos a Sergeiy Rebrov, entró en las últimas listas de Blokhin para los partidos de clasificación, aunque no jugó como titular. Tras su pobre aventura inglesa (Tottenham y West Ham United, con este último subió este año a la Premier desde la First Division), ha regresado al Dinamo de Kiev en el que se disputa un puesto de delantero con el letón Maris Verpakovskis. Podría estar entre los 23 para el Mundial.
Si nos daban miedo ciertos rivales africanos (Costa de Marfil y Ghana, sobre todo) convendría tener en cuenta que el último campeón de la Copa de Africa (2004) es Túnez. Bien es cierto que el arbitraje de este torneo dio la vuelta al mundo por su parcialidad a favor de los anfitriones tunecinos, pero esta selección está lejos de ser una "perita en dulce".
Túnez es tremendamente irregular, como demostró en la última Copa Confederaciones. Si contra España les sale el día bueno, puede haber problemas. El más conocido de sus representantes es Mehdi Nafti, que militó en el Racing de Santander, antes de recalar en el Birmingham City de la Premier inglesa. Nafti define bien lo que es el jugador tipo tunecino: fuerza no exenta de clase. Otro tunecino que juega en Inglaterra es Jaidi, compañero de Iván Campo en el Bolton, fijo en el centro de la defensa y un excelente rematador de cabeza. Atención también al delantero de moda en el país, Guemamdia, sin olvidar su bandera: Hatem Trabelsi, lateral derecho del Ajax de Amsterdam, que jugará su tercera fase final de un Mundial y que es la auténtica alma del equipo. Benachour, mediocentro del PSG, y Saidi, defensa del Feyenoord, completan una representación a la que España debería superar por calidad, aunque esto no lo es todo en el fútbol.
El problema con Arabia Saudí es el desconocimiento de este fútbol, al que vemos de cuatro en cuatro años. La impresión dada en Corea y Japón fue más bien pobre, con vergonzosa goleada ante Alemania incluida. Será el menos preocupante, aunque también será el último rival y ya tenemos experiencia del Mundial de Francia: meter 6 goles en el último partido... y a casa.
No estaría mal volver al clima de prudencia de la repesca. Sin darnos cuenta, estamos hablando de cuartos contra Brasil. Y, de momento, en el horizonte sólo debes estar Ucrania...
lunes, diciembre 12, 2005
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6 comentarios:
Yo ya he hecho en otra bitácora amiga (Desde el sillón) mi vaticinio: ganaremos uno, empataremos otro y perderemos el tercero. Y después vendrá uno de esos partidos en los que "jugamos como nunca y perdimos como siempre". ;-)
Este pronóstico, que no me parece descabellado, confirma que el grupo en cuestión no estan sencillo como parece. Lo que no entiendo es cómo se ha disparado la euforia cuando, hace no muchas semanas, nadie daba un duro por la selección. Desde luego si algo no es esperanzador es el sorteo. Gracias por tu comentario. Prometo visitar esa bitácora.
¿Que por qué se ha disparado la euforia? Porque es costumbre española vender la piel del oso antes de cazarlo, jaja. Y después vendrá una decepción mayor.
Tras organizar un evento deportivo por primera vez en España (¡y puede que en el mundo!; no te exagero) yo esperaba que el ayuntamiento se volcara, pero nos ayudó con lo mínimo mínimo, y me sentía defraudado. Mi amigo me dijo: "como yo de mano no esperaba nada de ellos, no me siento decepcionado". Pues eso; ahora que se espera mucho es cuando la sensación de fracaso será mayor si no se cumplen las expectativas.
Milton
Bueno, euforia euforia...
si mirais la encuesta que lleva hoy el diario El Confidencial, vereis que a la pregunta sobre el papel que hara España en Alemania, el 90% opina que "como siempre". Y "como siempre" es lo que ha definido a la perfeccion La Aguja: primera fase dando la pena y luego un partido a cara de perro en el que la abuela fumara, el metro pinchara, quebrara el Banco de España y acabaremos perdiendo "injustamente". Si lo piensas friamente, el interes de los jugadores españoles por ir al Mundial es contraproducente. Pero en fin, casi nadie espera nada bueno de España, entre otras cosas, pq nuestras ultimas actuaciones han sido peores incluso a "como siempre".
Cuando menciono la euforia me refiero a esos comentarios que ya sitúan al equipo en cuartos frente a Brasil o a la portada de Marca que rezaba el sábado, con un cuerpo de letra gigantesco: "Chupao". Me parece una irresponsabilidad. En el fútbol actual no hay nada fácil y, desde luego, los rivales del grupo no lo son, al menos dos de ellos.
La encuesta de El Confidencial demuestra que la euforia a la que me refiero es artificial y que el público está un poco cansado de las decepciones. Pero ya se sabe que una cosa es la opinión pública y otra la opinión publicada. Gracias por vuestros comentarios.
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