El F.C.Barcelona lo ha logrado: se ha quedado sin rivales. Hace ya tiempo que en España sólo se puede soñar con alcanzar el juego y la efectividad del conjunto azulgrana. Por lo demostrado hoy en Milán y, en general, durante toda la temporada, el Barça tampoco cuenta con un adversario capaz de hacerle frente en Europa. Es cierto que resta el partido de vuelta contra uno de los más grandes del Viejo Continente pero lo que se pudo ver sobre el césped del Giuseppe Meazza no sólo fue un Barça superior sino, en ocasiones, hasta sobrado, hasta con el freno de mano activado. Y eso, tratándose de unas semifinales de Champions y con el Milán enfrente, es decir mucho.
Los culés han llegado al punto donde el enemigo más fuerte que tienen se llama F.C.Barcelona. Ahora es el momento de mantener la concentración, por difícil que parezca, y seguir adelante, con el mismo paso, sin bajar la guardia. Cuando uno mira hacia atrás y no ve a los perseguidores inevitablemente se relaja. Este es el único paso que le queda al Barcelona para hacer historia y lograr su segunda Copa de Europa. Y el enemigo es difícil, entre otras cuestiones porque lleva la misma camiseta y tiene las mismas caras.
El Barcelona ha actuado hoy como el corredor de 100 metros lisos, que en las series previas a la final se deja ir en los últimos metros, cuando tiene la clasificación asegurada, con un doble propósito: ahorrar energías y ocultar a los rivales su verdadero estado de forma, evitando establecer una marca de referencia. Ni siquiera hay margen para el error. En el terreno de juego, el Barça se sitúa tan bien que siempre parece que tiene más futbolistas que el rival, lo que no impide que se despliegue con una velocidad endemoniada en las contras. Además, enfrente tiene a un conjunto que acusa el paso del tiempo. El Barça salió ganando cuando logró evitar al Olympique de Lyon, hoy por hoy el único conjunto que puede equipararse al azulgrana en el plano físico.
El máximo peligro ahora es el exceso de confianza y las excentricidades que suelen cometer algunos cuando se ven en lo alto. Si Laporta continúa haciendo guiños a la política en nombre del club y lleva a cabo locuras como el alquiler de Samuel Eto'o a un equipo saudí en plena temporada podría ser el principio del fin, como sucedió en el Real Madrid cuando Florentino Pérez comenzó a tocar teclas sensibles de la nave creyendo que ésta jamás se estrellaría. De lo contrario, veinte años después de la gran decepción de Sevilla frente al Steaua de Bucarest, el Barça dará una alegría a los suyos. La diferencia es que aquel equipo estaba cerrando un capítulo glorioso y éste se encuentra en los albores de otro que promete ser aún mejor.
miércoles, abril 19, 2006
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2 comentarios:
Espero que un fiasco como el de ayer aleje definitivamente la idea de traer a Ancelotti al Madrid.
El Barcelona está efervescente y hace tiempo que pinta favorito para la Champions.
Espero de corazón que gane el Villareal. Y si no el Milan. Y si no el Arsenal.
Vaya robo en el Nou Camp
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