Hace unos meses, coincidiendo con la publicación de las noticias sobre el positivo de Roberto Heras en la última Vuelta a España, escribía en este blog que el ciclismo estaba herido de muerte. Tristemente, los acontecimientos posteriores por todos conocidos, con la traca final (por el momento) de la llamada "Operación Puerto" vinieron a reforzar el argumento. Sin embargo, no hemos de olvidar que el ciclismo es un deporte de sacrificio y de sufrimiento. Y es obvio que el ciclismo va a vender muy cara su derrota.
El espectáculo que se está viendo en el Tour de Francia, especialmente con la llegada de Los Alpes, está provocando que el deporte de la bicicleta renazca de sus cenizas. La afición, sobre todo la española, se encontró ayer con una mayúscula sorpresa. La etapa fue de las que hacen época y con un claro protagonismo de los nuestros: Oscar Pereiro y Carlos Sastre. El primero, con ya muy serias opciones de ganar el Tour. El de El Barraco, dando toda una lección de valentía y pundonor en la montaña. La contrarreloj del sábado le perjudica. Si no fuera así, sería tan favorito al número uno del podio como el que más.
El ciclismo está dispuesto a "morir con las botas puestas", como decía el propio Sastre en una emisora de radio. El ciclista del CSC parafraseaba de esta forma a un ser querido "que ya no está con nosotros". Porque si alguien piensa que Sastre está subiendo como un ángel las montañas francesas en solitario se equivoca. Con Sastre da pedaladas el llorado "Chaba" Jiménez, su cuñado, que fue muy grande pero se quedó con ganas de más. A "Chaba" se le atragantó uno de los puertos más duros, sino el que más: la vida. Pero se quedó con ganas de más ciclismo y vuelve cada vez que la carretera se empina. Y ayer hubiera dicho: "jooeeerr macho, la que habeis liado".
miércoles, julio 19, 2006
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1 comentario:
Cada uno es víctima de sus propias ideas. Y tal vez eso me esté pasando a mí.
Yo veo que la emoción que hay ahora en el Tour es debida a la limpieza (al menos parece que la hay más que antes) con que se está disputando este año la carrera.
No era “muy humano” eso de ver a un tío siempre comandando el pelotón, sin un desfallecimiento. Y ahora que sabemos que sus rivales sí se enchufaban a la máquina parece menos creíble aún.
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