Europa vibra desde el miércoles con el himno compuesto por El Arrebato para el centenario del Sevilla, el flamante campeón de la Copa de la UEFA. La magnífica victoria del equipo español es el triunfo, una vez más, del equipo por encima de las individualidades. Un conjunto elaborado con paciencia, con tiempo y con profesionalidad.
El mérito del Sevilla de Juande Ramos, como lo fue antes el de Joaquín Caparrós, es que sabe perfectamente a lo que juega. Cada pieza del tablero conoce perfectamente los movimientos que debe hacer. Son futbolistas de perfil medio, con recambios sencillos, que no afectan a la calidad, sin ausencias traumáticas. Y por último, pero no menos importante, están muy bien preparados físicamente. Junto con el Barcelona, ha sido el único equipo español que ha aguantado hasta el final en dos competiciones, las dos más exigentes si nos atenemos al número de partidos. Y ha llegado a la recta final en plenitud de facultades.
La prueba más evidente de que se trata de un equipo en el sentido más amplio del término es que la estrella es el director deportivo, Monchi. En su etapa como portero del Sevilla le gustaba más el banquillo que el terreno de juego, en el que siempre se encontraba inseguro. No había duda, era hombre de despachos. Y en ellos, se sale del mapa. En los fichajes, muchos aciertos y casi ningún error. Quizá, uno de los pocos fue la llegada de Dragutinovic para suplir la baja de Sergio Ramos. Eso sí, lo enmendó con celeridad con el fichaje de Escudé, al que el Ajax dejó escapar de forma incomprensible. Monchi es el responsable del aterrizaje de auténticas perlas, que aportan beneficios tanto al equipo como a la tesorería del club a la hora de marcharse. Uno de ellos, Julio Baptista, ya lo ha hecho; otros, como Daniel Alves, podrían hacerlo en breve. Mientras, el Sánchez Pizjuán disfrutará de Renato, Adriano, Luis Fabiano… y dos auténticos prodigios en el centro del campo: Martí, que ya estaba pero que cada año crece más, y Maresca, al que muy pocos conocían pese a jugar en un fútbol tan cercano como el italiano.
Y todo esto sin olvidar la cantera, de la que no paran de salir buenos futbolistas. Sin llegar siquiera a veteranos, Reyes y Sergio Ramos ya tienen dignos sucesores en Jesús Navas, Puerta y Kepa, entre otros.
No está mal que, aunque sólo sea de vez en cuando, el premio le llegue a los que hacen las cosas bien. Ganar la Copa de la UEFA debe ser un estímulo para seguir por el camino correcto con una dosis añadida de responsabilidad. Porque lograr títulos siempre debe incrementar la responsabilidad; en ningún caso, conducir a la relajación.
sábado, mayo 13, 2006
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2 comentarios:
Hombreeeeee... está bien recuperar la productividad en este blog de referencia. Buena la semblanza y la lectura de la victoria del equipo palangana. Me llevé un alegrón.
Un abrazo
Gracias por tu comentario. El Sevilla se merecería más de un post pero el tiempo es limitado. Equipos así son los que hacen que la Liga española sea, a mi juicio, la más difícil de Europa.
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