"Póngalo usted a punto"

En el verano de 1958, don Santiago Bernabéu logró fichar a Ferenc Puskas, procedente del Honved húngaro, al que había dado unos años gloriosos. El que luego sería bautizado como "cañoncito pum" había formado parte de aquella selección magiar que logró el histórico 3-6 frente a Inglaterra en Wembley y que se había plantado en la final del Mundial de Suiza en 1954, en la que partían como claros favoritos y en la que caerían ante una, por entonces, emergente Alemania, que lograría así el primero de sus tres entorchados mundiales.
Todo eso sonaba muy bonito. Pero Puskas llegaba al Real Madrid con 31 años, claramente sobrado de kilos, sin ritmo de competición y con un calvario de vida a sus espaldas. Bernabéu se plantó ante el entrenador madridista de la época, Luis Carniglia, que tenía a su cargo a un equipo perfectamente engrasado, que había ganado las tres primeras Copas de Europa. "No sé el rendimiento que le podremos sacar, viene pasadito de kilos", señaló el míster. "Para eso está usted. Póngalo usted a punto", le espetó el presidente madridista, como si ya tuviera preparada la respuesta. Lo que sigue a continuación es conocido por la mayoría.
No es cuestión de buscar una situación paralela en el fútbol actual. Pero conviene recordar que prácticamente todos hemos retirado a Zidane a principios de temporada; si podría ser ayer, mejor que mañana. Y ahora le imploramos que incumpla su previsión de colgar las botas después del Mundial. ¿Recuerdan? "Póngalo usted a punto". Como si el espíritu de Bernabéu se les hubiera presentado a López Caro y Juanjo Maqueda en los vestuarios de la Ciudad Real Madrid, en Valdebebas.
Y la reflexión también va por Raúl, cuya recuperación ha sorprendido a todos. Algunos auguran que su incorporación al equipo desestabilizará al Madrid y otros le buscan sitio en el once y no lo encuentran. No hallan lugar para alguien que ha trabajado horas y horas para estar a punto cuando antes, para ayudar a su equipo en el final de temporada y para ir al Mundial. Pero no es un juvenil. Es un veterano, con tres años menos que Puskas cuando llegó al Madrid, y que lo ha ganado casi todo. Su recuperación no ha sido milagrosa; sería una falta de respeto calificarlo así, porque los milagros no tienen una explicación lógica y el regreso anticipado de Raúl a los entrenamientos sí la tiene: trabajo y más trabajo. Y a éste no le encuentran sitio. "Póngalo usted a punto", volvió a resonar en los campos de la nueva Ciudad Deportiva. "A éste le conozco hace cinco años", respondió López Caro. Un periodista le preguntó si le sorprendía la recuperación del capitán. Pero el míster respondía a la voz de Bernabéu: "a éste le conozco bien. No hace falta ponerle a punto. Ya lo hace él solito".