El árbitro Julián Rodríguez Santiago lleva camino de convertirse en el más temido de España: allá donde va, el partido termina en lío. En un plazo récord de cuatro días, el colegiado la ha armado en Barcelona, con la injusta expulsión de Ronaldinho en el partido de Copa, y en El Madrigal, con el gol mal anulado al Cádiz en las postrimerías de su partido de Liga frente al Villareal. En este caso, ha contado con la inestimable colaboración del asistente Rafael Guerrero, de cuya promoción a costa del arbitraje somos culpables muchos por reirles la gracia tanto a él como a Mejuto con el famoso "no me jodas, Rafa" de La Romareda.
Con buen criterio, alguno pensará que si ya se confundió de forma grave entre semana, no tiene mucho sentido que le den un partido el domingo. Pero ya se sabe que, de un tiempo a esta parte, la Federación, de la que dependen los árbitros, está pero no está porque no ejerce.
Además, con este árbitro llueve sobre mojado. Rodríguez Santiago fue el responsable del escándalo que se montó en Montjuich al hilo del gol concecido al Español frente al Real Madrid, cuando había hecho sonar su silbato antes de que Jarque rematara y después concediera el tanto, mostrando una inconcebible ignorancia del Reglamento. Por si fuera poco, trató de solventar la papeleta negando haber pitado, cuando las imágenes de TV le dejaron en evidencia. Como parece que a este colegiado le va la reiteración, pocas semanas después la organizó en un partido de Copa de la UEFA al pitar el final del encuentro en pleno remate de un delantero del Dinamo de Bucarest que terminó en la portería del Olympique de Marsella. Obviamente, no dio el gol por válido.
En mitad de este rocambolesco escenario conviene no perder de vista el papel de los medios de comunicación. Tras el partido de la expulsión a Ronaldinho, el diario Sport afirmó que Rodríguez Santiago había "elegido" el rival del Real Madrid en semifinales y el director del periódico, José María Casanovas, escribió en su columna de opinión que "parecía" que el arbitraje había sido dirigido desde Madrid. El Sport iba más allá al día siguiente e "informaba" de que Rodríguez Santiago había dicho ya días antes del partido, en una tertulia en Mérida, que iba a expulsar al astro brasileño (me figuro el disgusto que se hubiera llevado si Rijkaard no hubiese alineado al 10 azulgrana; además, el periódico no ejerció ahí como buen culé porque eso se avisa y Ronaldinho no hubiera jugado el partido).
Bromas aparte, cuando sucedió el episodio de Montjuich, que provocó el amago de impugnación de partido por parte del Real Madrid (afortunadamente se quedó ahí) el diario As no dudo en considerar a Rodríguez Santiago como adalid de la conspiración que la Federación había puesto en marcha contra el equipo blanco para pagar el favor del presidente del Barcelona, Joan Laporta, a Angel MaríaVillar en las últimas elecciones al órgano rector de nuestro fútbol. El periódico madrileño no "sorprendió" al colegiado en ninguna tertulia pero sí recordó la frase de marras pronunciada por Sánchez Arminio en una asamblea ("todo esto es por un equipo que lleva dos años sin ganar nada") que, a estas alturas, todavía no ha podido ratificar nadie.
Y con estos considerandos, me pregunto: ¿puede este hombre ser actor de una conspiración contra el Real Madrid expulsando de forma injusta a Ronaldinho? ¿es capaz Rodríguez Santiago de pitar al dictado de la capital concediendo un gol en situación irregular al rival del Madrid? ¿Por qué perjudica al Cádiz y beneficia al Villareal? ¿Votaron los castellonenses a Villar? ¿Y por qué beneficia al Heerenven? (fue el equipo que se clasificó para la fase de grupos de la UEFA gracias al tanto anulado al Dinamo de Bucarest).
Y como esta reducción al absurdo tiene muy poco sentido, concluyo como empecé: ¿y no será simplemente que es muy malo? Mientras que las anteriores teorías se las iba cargando el propio árbitro con sus posteriores actuaciones, esta tesis es la única que él mismo refuerza día tras día. Lo que sucede es que así no se puede ser ábitro de Primera y, aún menos, internacional.
lunes, febrero 06, 2006
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7 comentarios:
Es que es un paquete... Y lo demás, pues e sque la prensa deportiva tiene que vivir de algo. Ya has hablado antes de forofos periodistas.
Un abrazo, buen lunes y QUÉ DESHUEVE EL ATLETI.
Lamentable el trencilla. Pero como ser arbitro esta mejor pagado que nunca, pues eso: los colegios, la federacion, TODO es un simple reparto entre amiguetes.
Y el unico bueno que ha habido en los ultimos tiempos, que era Diaz Vega, encima lo han demonizado. Ese tenia mejor forma fisica que muchos futbolistas.
Han hecho buenos a Pepete Plaza
Comentaba en su web Gaspar Rosety que le consta que la mayoría de los árbitros están en este mundo por el dinero. Esto explicaría muchas cosas, no cabe duda.
Creo que Díaz Vega no era un buen árbitro pero, al menos, tenía personalidad. No consentía que saliera un señor y le insultara. A los de ahora, parece que ni les importa. Gracias por vuestro comentario.
Que no era bueno? Era cojonudo!!! En Europa sento catedra.
Gloriosas sus explulsiones de cuatro tios de golpe en las tanganas. Como debe ser
Pues yo veo otra reducción al absurdo, aunque ya comentas varias:
a) pita y concede el gol de Jarque, lo que no os gusta
b) pita e invalida el gol del Dínamo de Bucarest, lo que tampoco os gusta
Y digo, yo. ¿No será mejor dejarse de opinar de los árbitros y dejarles así tranquilos con sus errores y sus miserias como tenemos todos? Las presiones que sufre el estamento arbitral por parte de todo bicho viviente no son fáciles de digerir.
Una vez oí una frase de Jacinto de Sosa en un programa radiofónico: "hay que asumir los errores arbitrales igual que se asumen los propios".
Sencillamente antológico. No se puede hablar de culpa en los árbitros. Existe un reglamento pésimo. En otros deportes es más sencillo arbitrar, pero porque los reglamentos se han ocupado de facilitar el arbitraje.
Y esa es mi opinión, con perdón...
Es obvio que los árbitros son humanos y se equivocan como todo el mundo. También es cierto que en el arbitraje hay de todo y los hay buenos y malos. Sin embargo, pienso que el post descarga precisamente cualquier tipo de sospecha rara sobre el colegiado. No pasa nada con él, simplemente que es malo, mediocre, como la mayoría de los mortales, incluyendo, desde luego, el que suscribe. Gracias por tu comentario.
Pensé que ibas a entrarme al trapo con mi queja de un reglamento obsoleto para el siglo XXI.
Pero me has dado una idea para un artículo, que te dedicaré con toda la buena voluntad del mundo. Un saludo.
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