Es obvio que lo que resta de temporada va a ser un calvario para el Real Madrid: sin aspiraciones, sin posibilidades de títulos, sin motivación y con el mal ambiente que suele rodear estas circunstancias. Pero dicen que quien siembra vientos recoge tempestades. Por este lado, hay poco más que aportar.
A principios de enero, se publicó en este mismo blog que el objetivo del equipo merengue en la Liga estaba en luchar por la segunda plaza, que da acceso directo a la próxima edición de la Champions. Sin embargo, ateniéndonos a la experiencia de los últimos años y con la marejada que se vive en las cercanías del Santiago Bernabéu, también veo complicada la consecución de esta meta.
En la temporada 1999/2000, el Real Madrid se quedó sin opciones de Liga en la recta final de un campeonato que se disputaron hasta última hora el Deportivo de La Coruña, vencedor definitivo, y el Barcelona. Aquel equipo, al que ya entrenaba Vicente del Bosque, no hizo el más mínimo esfuerzo por asegurar el segundo puesto; es más, se abandonó tanto en la Liga que perdió los cuatro últimos partidos en casa y finalizó la competición en quinto lugar, es decir, fuera de los puestos de Liga de Campeones. Toda la temporada quedó a expensas de un sólo encuentro: la final de la Champions en París frente al Valencia, que terminó venciendo por 3-0.
Dos años después, con el Valencia claramente destacado en cabeza de la Liga, el Real Madrid volvió a fiarlo todo en la máxima competición europea. En este caso, tuvo la consecución del segundo puesto, que le aseguraba acceso directo a la Champions, en su mano. En el último partido de Liga se enfrentaba al Deportivo de La Coruña, al que llevaba un punto de diferencia. El equipo blanco cayó con estrépito (3-0), se dejó arrebatar el segundo puesto por la escuadra gallega y volvió a depender de lo que sucediera en la final de la Liga de Campeones, que ganó de nuevo, en este caso al Bayer Leverkusen en Glasgow.
En 2004, tras el fiasco de la final de Copa en Barcelona frente al Zaragoza, el Real Madrid cayó en picado y, una vez superado por el Valencia, volvió a sentirse sin fuerzas ni ganas para luchar por la segunda plaza. De los últimos seis partidos de Liga perdió cinco (sólo venció al Atlético de Madrid en el Vicente Calderón) y terminó en cuarto lugar. En este caso, no hubo triunfo en Champions, lo que le obligó a jugar la fase previa al comienzo de la siguiente temporada. La excepción en estos últimos años se dio en el pasado ejercicio, cuando el Real Madrid finalizó la Liga en segundo lugar. Pero entonces, el equipo blanco se situó a seis puntos del Barcelona cuando aún restaban unas cuantas jornadas para terminar el torneo de la regularidad. El sprint final no fue para asegurar el segundo puesto sino para intentar un asalto, difícil pero posible, al campeonato.
La experiencia de estos años y la actitud del equipo en los últimos dos encuentros nos vuelve a mostrar que el Madrid no va a luchar por quedar segundo. Además, este año se da un factor novedoso e importante: algunos de los miembros de la actual plantilla no seguirán en ella, incluído el entrenador. Su compromiso para asegurar un buen futuro es mínimo. Y aquí entra en juego el nuevo presidente. Es necesaria una revolución pero debe ser silenciosa. Por la ausencia de ese silencio se explican actuaciones en rueda de prensa como las de Míchel Salgado y Roberto Carlos durante la semana pasada. "No voy a dejar que otros jugadores utilicen la camiseta con el número 3", aseguró el lateral brasileño. Sonó demasiado a las palabras pronunciadas a pie de campo por Hugo Sánchez, cuando su salida del Madrid estaba cantada: "quiero conocer a ese macho que va a meter más goles que yo". Ni Hugo estuvo a la altura aquel último año ni "ese macho" (Iván Zamorano) marcó más tantos que el mexicano.
Las declaraciones de futbolistas y entrenador irán en la línea de "aún hay posibilidades", "vamos a por la Liga". Si alguno se sale del discurso será pertinentemente aleccionado, como hizo Fernando Martín con Iker Casillas. Pero ahora, el objetivo de los jugadores es que la temporada se termine lo antes posible. Cuando acabe conocerán su futuro, lo que realmente les interesa.
P.D. Por cierto, acabo de enterarme de que Onda Madrid se ha hecho con un informe que había realizado Benito Floro, todavía director deportivo del Real Madrid. La semana pasada se supo que Floro no seguirá en el club, tras una reunión que mantuvo con el presidente. Nunca le tuve por un tipo excesivamente inteligente, aunque esa es una opinión personal. Lo que sí debe tener en cuenta aquél que quiera contratar a Floro es que no parece excesivamente discreto o atento con la documentación que maneja. Y esto ya es un hecho contrastado.
martes, marzo 21, 2006
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1 comentario:
Buen tema, aunque sobre la coletilla me temo que Floro no es el único que filtra sus papeles ¿cómo se supo el famoso de Pirri?
Este Madrid tiene una pinta fatal
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