El triunfo de Marc Coma en la categoría de motos del Rally Dakar se suma al de Nani Roma en 2004, con el peligro (y es triste decirlo) que esto conlleva. Es decir, que nos acostumbremos y que a partir de ahora consideremos poco menos que un estrepitoso fracaso no tocar pelo en el celebérrimo raid.
Por eso, aprovechando esta circunstancia, sería bueno recordar que todo aquel que se embarca en esta aventura, y no digamos nada del que la termina, es un héroe a su manera. Y tampoco vendría mal echar la vista atrás sin necesidad de recurrir a la época de las Guerras Púnicas para recordar a aquellos escasos locos que a mediados de los ochenta acudían al Dakar prácticamente con la cantimplora de las excursiones y la ayuda de Dios.
Queralt, la simpática y guapa mujer de Marc Coma, decía en Dakar haber estado pegada a Internet desde que se inició el rally para seguir las evoluciones de su marido y ver cómo se afianzaba en el liderato. Por aquel entonces, sin Internet, ni móviles ni prácticamente cobertura en los medios, las familias de los aventureros se conformaban con escuchar por radio como a las tantas de la madrugada los pilotos seguían llegando a los puestos de control tras perderse por el desierto.
Vaya desde aquí un homenaje a hombres como Miguel Prieto, con cerca de veinte 'dakares' a sus espaldas. A periodistas como Eduardo de Aysa, que junto a Juan Porcar, turnándose al volante de un modesto vehículo, se encargaba de transmitir esas noticias para las familias y, si le quedaba tiempo, el desarrollo de la carrera. Después tomaron el testigo Javier Olabe para el diario El Mundo y el año pasado Roberto Palomar para Marca.
Un homenaje también para los hermanos Salvador y José María Serviá y para Mateo Cañellas, que hizo el más difícil todavía: el Dakar en camión.
Jordi Arcarons fue el que abrió la puerta del triunfo, aunque no lograra la gloria en las playas de Dakar. Fue el primero que nos hizo pensar en una victoria definitiva. Sólo cometió un "error": ser coetáneo de una bestia llamada Stephane Peterhansel. Su escudero de lujo Nani Roma sí llegó a tiempo para ser el primero y ahora, como el propio piloto francés, probarlo en coches. Coincidí con Nani en la última junta de accionistas de Repsol, su principal patrocinador. Tras firmarme un autógrafo con toda amabilidad, Roma me dijo que 2005 fue un año de prueba en coches pero que en 2006 ya tocaba hacer algo grande. Y un podium lo es.
Y ahora queda el reto de los coches, quizá en manos de Carlos Sáinz a quien el desierto parece haber cautivado. O del propio Roma. En motos, el máximo rival de Coma es otro de los nuestros: Isidre Esteve, cuya ruta del dolor ya ha sido recorrida anteriormente por los que ahora muestran con orgullo su corona del mítico Lago Rosa. Pero no caigamos en el error de exigir nada en esta prueba, cuyas fauces han visitado demasiadas personas entre pilotos, público y miembros de la organización, entre ellos, su propio creador, Thierry Sabine. En el Dakar jamás se fracasa, jamás se pierde.
martes, enero 17, 2006
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3 comentarios:
Al leerte sobre los periodistas que se turnaban al volante para cubrir el rallye, y pensando en la frase anterior en la que recordabas a esos pilotos perdidos que iban llegando con cuentagotas, se me ha ocurrido una maldad.
Oye, tal vez los periodistas hayan cubierto los tramos en menor tiempo que algunos pilotos... jajaja.
En este post has rayado en la literatura. Enhorabuena.
Tradicionalmente, los periodistas que han intentado cubrir el trayecto lo han hecho de forma digna y sin dar el cante. Por desgracia, algunos pilotos se han perdido y han pasado dos y tres días en el desierto sin agua ni comida. Pero es la aventura. Gracias por el comentario y los halagos, aunque insisto en que son inmerecidos.
Habia uno que se llamaba Carlos del Val que tb lo hizo bien en camiones no? Era un tio que gano el rally faraones, creo
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