En el verano de 1982 aterrizó en España para jugar el Mundial con su selección un central yugoslavo de nombre Faruk Hadzibegic. Los directivos del Real Betis se fijaron en él y lograron su traspaso. Por entonces, un balcánico era poco más o menos que un futbolista exótico en la Liga española debido a los múltiples problemas que el Gobierno de Belgrado ponía para sus deportistas de elite abandonaran el país. Por lo demás, los yugoslavos no eran por aquella época ni mucho menos desconocidos. Al contrario, a España le había tocado medirse a la selección plavi en las fases de clasificación de los dos anteriores Mundiales. En la de Alemania 74 nos tocó morder el polvo; en la de Argentina 78 lo mordieron los yugoslavos en aquel partido en el pequeño Maracaná de Belgrado recordado por el cubista gol de Rubén Cano y el botellazo que recibió desde la grada el llorado Juanito.
Hadzibegic demostró ser un excelente fichaje pero la afición tenía un problema con él: su apellido complicado de pronunciar. Acostumbrados a nombres como Esnaola, Ortega, Rincón, Cardeñosa, Gordillo, Alex, Biosca, Calderón... la excelsa afición bética se las veía y se las deseaba para referirse a su nuevo ídolo. Pero el problema desaparació de inmediato. Por decreto, Faruk Hadzibegic pasó a ser Pepe, simplemente Pepe. Genial. Y tanto caló la ocurrencia que incluso después de dejar el equipo verdiblanco e instalarse definitivamente en Sevilla todo el mundo le conocía como Pepe Hadzibegic (más genial todavía, habían sido capaces de hacerse al apellido pero jamás abandonaron el Pepe. Y el futbolista, encantado).
Veintidós años después, a Cádiz llega un delantero croata para ayudar a lograr el ansiado ascenso a Primera. Su nombre, Nenad Mirosavljevic. Se plateó el mismo problema que dos décadas atrás en la vecina Sevilla, pero la "solución Pepe" debió parecer ya obsoleta. Se optó por echar un vistazo al futbolista. Alto y completamente calvo. Solución: Mortadelo, como el formidable personaje de cómic creado por Ibáñez (aprovecho, y no es ninguna broma, para solicitar la concesión del Príncipe de Asturias de las Artes para el dibujante catalán). Ya le llamaban así el año pasado en Segunda, aunque pocas cosas trascienden en esa categoría.
De Pepe a Mortadelo ha habido otros casos por el camino, aunque menos llamativos. En el propio Betis se dio otra adaptación, aunque facilona. Al rumano Filipescu decidieron convertirlo en Felipe. Otra mejor fue la solución adoptada en Valladolid para rebautizar al japonés Shoji Jo. En Pucela le llamaron "Josillo", que viene a ser como "Pepe" pero en la meseta. Aunque lo mejor de Josillo fue una entrevista en el programa de José María García con Xavier Azkargorta de traductor. El futbolista japonés explicó en su idioma que, debido al cambio tan radical de ambiente, no se separaba de su representante en todo el día. Y cuando Azkargorta terminó de traducir, Josillo, en un perfecto castellano aclaro: "pero yo no maricón". Por si acaso.
También de Oriente llegó a la Real Sociedad Lee Chun Soo, que después recalaría en el Numancia. Aprovechando la pronunciación de su apellido y los prodcutos de la tierra, en Donosti le llamaron "Txacolí". La perla que dejó Lee en su paso por España fue el amplio vocabulario que le enseñó Javier de Pedro (al que habrá que seguir a partir de marzo en la liga sueca). Consistía en: "hola", "gracias", "de puta madre" y "de puta pena". Para arreglarse unos días, suficiente.
jueves, enero 12, 2006
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5 comentarios:
¡¡Voto por ese Príncipe de Asturias!! Genial Mortadelo y Filemón.
Buenísimo el post. Hay 2 casos cojonudos, también en Sevilla: A Dassaev le llamaban "Rafaé", y a McMean, "Manolín".
Qué arte...
Para Pululante, gracias por el apoyo, aunque me temo que nuestras reivindicaciones caerán en saco roto.
Para Pepis, me alegro que te haya gustado. Me llamó la atención que a raíz del gol que marcó Mirosavljevic el domingo contra el Getafe y que le dio los tres puntos al Cádiz se hiciera del dominio público su apodo, cuando este jugador está en el equipo desde enero de 2005, ya que fue adquirido en el mercado de invierno. Hasta mi madre, que no sigue el fútbol, se enteró de que le llaman Mortadelo.
Lo de Dassaev no lo recordaba pero, en efecto, es otra demostración de que hay mucho arte por esa tierra. La verdad, mucho mejor decir "Rafaé" que otras pronunciaciones que se oían en los medios como "dasáev", "dasallev", "dasaev", aunque la buena según dijo él un día era "dasáiev". Lástima que un portero tan singular y bueno no triunfara en el Sevilla. Lo de McMean lo desconocía, así que gracias por la aportación.
Calderón fue relevado en la selección de Arabia hace unas semanas. Enhorabuena por el blog.
Tienes razón, usuario anónimo. Podría poner cientos de excusas pero la verdad no tiene más que un camino: desconocía el despido de Calderón por la Federación Saudí. Pido disculpas a todos los lectores del blog al tiempo que procedo a corregir el post. Humanum errare est.
Agradezco también la corrección de la rectificación. Comento esto porque el otro día Elías Israel cometió un pequeño fallo en su blog y confundió a Andy Cole, el que fuera delantero del United, con Ashley Cole, lateral izquierdo del Arsenal pretendido por el Real Madrid; algunas de las críticas que aparecieron no eran nada constructivas.
Muchas gracias y reitero mis disculpas para todos.
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