Cuando hablamos de fútbol siempre es difícil saber si las victorias se deben a méritos de unos o a deméritos de otros. El triunfo de Alemania frente a Suecia se basa en un comienzo arrollador de los germanos, que siguen practicando a la perfección su juego, nada espectacular ni vistoso, pero tremendamente efectivo. Sin embargo, no debe quedarse en el tintero que se impusieron a uno de los equipos que han pasado a octavos de final con más dudas.
Alemania volvió a poner en práctica su estrategia, que pasa por terremoto de inicio. Estamos antes uno de los equipos mejor preparados físicamente. A cambio, Suecia salió adormilada. El resultado no se hizo esperar: a los once minutos, los nórdicos perdían 2-0, que es como salir al terreno de juego con el partido ya decantado para el otro bando.
Ya dijimos en los comentarios previos al Mundial que Suecia tenía un imporrante desequilibrio: es un conjunto muy bien armado del centro del campo hacia adelante pero algo flojo en defensa. Y eso se comprobó en los dos goles germanos. En el primero, Klose se deshace de la defensa con un simple moviemiento y al rechace del portero llega Podolski antes que unos impasibles zagueros suecos. En el segundo, el ataque alemán entra por el centro y mientras la defensa de Suecia casi en pleno se va a por Klose, Podolski remata desmarcado (algo similar a lo que le sucedió a España en el gol que encajó frente a Túnez).
A partir de ahí, a Alemania le bastó con imponer un ritmo muy alto y mantener la pelota con criterio, sin renunciar al ataque. Como prueba, las numerosas oportunidades de gol que tuvo, especialmente en disparos desde fuera del área de Frings, Ballack y Schwensteiger que Isaksson desvío como pudo y que los postes rechazaron en dos oportunidades.
De Suecia tuvimos pocas noticias. Su poderío de delante se ha visto limitado a lo largo del Campeonato. Ljungberg comienza a notar el paso de los años, Ibrahimovic ha estado ausente. No sólo no ha marcado ni un tanto sino que apenas tuvo alguna ocasión frente a Trinidad & Tobago. Con toda su veteranía, Larsson es el que ha demostrado algo más, pero a todas luces insuficientes. Kallstrom ha jugado hoy demasiado lejos de la portería y, además, ha tenido que ser sustituido aún en la primera parte por la expulsión de Lucic, injusta, pero que no justifica la derrota. Ironías del destino, Larsson falló una pena máxima en la segunda parte que pudo haber metido a Suecia en el partido, aunque fuera con 10 jugadores. En la única jugada de peligro generada por Ibrahimovic, que metió un balón envenenado al área, el propio Larsson buscó el penalty y lo logró. Pero el lanzamiento se fue a las nubes y ahí murió Suecia.
Destacó la movilidad de Klose y Podolski arriba y la fortaleza del centro del campo alemán. Los germanos son tremendamente competitivos. Pueden estar mal, generar críticas a su juego, no rendir como se espera en los amistosos. Pero cuando llega la competición es difícil que fallen. La auténtica prueba de fuego les llegará en cuartos de final donde podrían enfrentarse a Argentina, si la albiceleste supera en unas horas a México. Me gusta Alemania y su contundencia pero su revalida llegará con un rival de mayor fuste. Suecia confirmó la decepcionante imagen que exhibió en la primera fase. Si no se quedó entonces en el camino fue porque cayó en un grupo más fácil que República Checa y Croacia, que han sido otros dos combinados que han rendido por debajo de lo esperado. De su renovación generacional dependerá que esté presente en las próximas citas importantes. España será testigo de ello puesto que Suecia es rival en el grupo de clasificación para la próxima Eurocopa 2008.
sábado, junio 24, 2006
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