Resultados de la jornada
Grupo G
Suiza-2; Togo-0
Grupo H
Ucrania-4; Arabia Saudí-0
España-3; Túnez-1
Lo único que me pareció extraño del España-Túnez de ayer fue la actitud de nuestra selección al inicio del partido: con prisas, con precipitación, hasta diría que con ansiedad. Y todo pese a la tranquilidad que debería haber traído el convincente triunfo por 4-0 frente a Ucrania de la primera jornada. España quiso resolver las jugadas en dos pases, que llegaran pronto los goles, como en su primer partido, quizá temerosa de lo que precisamente le iba a suceder. Fruto de su juego innecesariamente acelerado nació un extraño rebote en línea de tres cuartos que dejó la pelota sin dueño. Puyol, algo más flojo que el día de Ucrania, no pudo superar a Jaziri que terminó llevándosela. En otro claro síntoma de nerviosismo, toda la defensa se fue a por el delantero tunecino, con lo que habilitaron a otros dos contrarios que esperaban el pase. Cuando Senna quiso llegar a la ayuda defensiva fue demasiado tarde: Mnari ya había fusilado dos veces a Casillas, la segunda de ellas con éxito.
Ni siquiera se había cumplido el primer cuarto de hora de juego, con lo que las prisas volvían a estar injustificadas. Lo cierto es que España tardó algo en calmarse. Como prueba, los nuestros no encontraban a Xavi con tanta facilidad como el primer día. El centro del campo tunecino, con Mehdi Nafti y Namouchi, el futbolista del Rangers, estaba haciendo su trabajo a la perfección. Roger Lemerre, técnico francés que lleva los designios de Túnez, sabía lo que se hacía colocando en el terreno de juego a Nafti, que conoce a la mayoría de los futbolistas de España gracias a su paso por el Racing de Santander. La pareja tunecina dejó más pequeños a Xavi y Senna, mientras que Xabi Alonso procuraba mantenerse a flote con algo más de éxito. Otro síntoma preocupante fue que Túnez lograba una y otra vez realizar la misma jugada: salida hacia el centro del terreno de juego, primer toque y balón hacia el inmenso pasillo de la banda derecha, del que el lateral del Ajax Hatem Trabelsi era el dueño y señor. Y el equipo de Luis era incapaz de abortarla.
España logró hacerse al fin con el control del balón y entonces comenzaron a llegar las oportunidades de gol. Sin embargo, volvimos a toparnos con la falta de acierto que se evidenció en los últimos amistosos, frente a Rusia, Egipto y Croacia.
Precisamente, si algo hemos podido ver también en esos encuentros ha sido la variedad de planteamientos con los que cuenta Luis Aragonés. El seleccionador no dudó en cambiar el inicial y trató de poner soluciones a los problemas sin esperar más tiempo. La segunda parte comenzó con Cesc y Raúl en el terreno de juego. Simplificando mucho las cosas podríamos decir que acertó el míster con las sustituciones puesto que Raúl marcó el empate e intervino en el penalty que supuso el 3-1 mientras que Fábregas participó en los dos primeros tantos españoles. Sin embargo, es posible ir más allá. Los dos futbolistas dieron una frescura de la que carecía el juego de la selección hasta entonces; salieron sin la ansiedad que tanto mal nos había hecho desde el comienzo. Las dos primeras acciones de Raúl consistieron en surtir sendos balones a un casi inédito en ataque Mariano Pernía, que a partir de entonces no paró de realizar acometidas por el lado izquierdo. Mientras, Cesc manejó el equipo a su antojo desde el centro del campo. Roger Lemerre había dictado a los suyos a la perfección la lección sobre Xavi pero el capítulo de Fábregas se le quedó fuera del temario. Mal hecho. Además de ensamblarse a la perfección con Xabi Alonso (para eso juegan los dos en la Liga inglesa), Fábregas hizo gala de otra de sus virtudes: la incorporación al ataque. Dos zarpazos suyos pusieron el "uuuyyy" en las gradas y el rechace del tercero sirvió para que Raúl pusiera el empate, ganando la acción a uno mucho más grande que él, como Trabelsi. Los chicos de la Colonia Marconi, en Villaverde Bajo, con los que jugaba Raúl en la calle también eran mayores que él. El capitán está acostumbrado a tener que superar estas adversidades.
Habían pasado 71 miutos desde el pitido inicial y 63 desde el gol de Túnez. Demasiado tiempo soñando como para despertar despejados. El gol terminó de serenar a España y entonces llegó el turno de Torres. Antes se había peleado con la defensa tunecina sin descanso pero también sin esconderse. Probablemente, ayer hizo el partido más serio con la selección, cargado de una responsabilidad que no rehuyó en ningún momento. Probablemente, ayer Fernando Torres se sacudió lo del "niño". Su actitud no es de ningún niño sino todo lo contrario. El delantero del Atlético se doctoró donde hay que hacerlo, en las grandes competiciones. Y ésta es la más grande. Si Cesc lo encontró para meterle el balón del segundo gol fue porque Torres inició el enésimo desmarque, el siguiente sprint de una lista inacabable. No en vano, Cesc y Torres comparten una circunstancia importante: conocen el triunfo con la camiseta roja. En cierto modo, pueden mostrar el camino a los demás.
Y Torres tomó la responsabilidad de lanzar el penalty. Daba lo mismo el fallo contra Croacia y las posibles críticas. Raúl le había metido un balón por alto de los que sólo pueden acabar de dos formas: o gol o pena máxima. Y aunque no lo tiró bien lo transformó. Porque Torres está dispuesto a que éste sea su Mundial, su particular rito de iniciación para dejar atrás su "niñez". Porque esas ambiciones ya no son de niño.
Fue una victoria más valiosa que la primera porque, además de tres puntos, deja muchas enseñanzas con vistas al futuro inmediato. Porque España se asegura los octavos de final donde le esperan rivales: Suiza, Francia o Corea del Sur. Podeis indicar vuestras preferencias. Como no creo en muertos vivientes, mejor evitar a Francia. Pero España ha hecho sus deberes y eso ya no está en su mano.
3 comentarios:
En mi opinión Raúl funcionó cuando se marchó Villa, porque ocupó su verdadera posición en punta o segunda punta. Antes estaba provocando atasco en el centrocampo porque de mediapunta no tiene la clarividencia del último pase de Iniesta, por ejemplo.
Por lo demás, de cara a la siguiente fase me preocupó cierta endeblez defensiva. Los laterales suben mucho y dejan huecos atrás. Quizá por el marcador en contra. Pero en la banda de Pernía hubo muchos problemas. Esto contra grandes equipos se paga.
Para jr, creo que el fútbol no es muy difícil de ver 'a posteriori', en el sentido kantiano de la expresión. Lo realmente complicado es saber leer el partido sobre la marcha y eso lo supo hacer muy bien Luis Aragonés.
Gracias por los halagos sin duda inmerecidos.
Para pululante, el atasco en el centro del campo debe ser una constante preocupación porque tenemos gente de talento en esa zona y no conviene recargarla, precisamente para evitar ese atasco.
Yo también noto una excesiva endeblez en defensa. Pero sobre todo debemos tener un poco de calma. Gracias por tu comentario.
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