Resultados de la jornada
Grupo B
Inglaterra-1; Paraguay-0
Trinidad & Tobago-0; Suecia-0
Grupo C
Argentina-2; Costa de Marfil-1
Esperado era el debut de Inglaterra en el Mundial, una selección que ha subido como la espuma en las apuestas. Todo estaba preparado salvo el rival, que llegó unos 35 minutos tarde al partido. Cuando Paraguay quiso despertar había encajado un gol, para más inri en propia meta, se había lesionado su portero titular, Justo Villar, y los ingleses, sin hacer nada del otro mundo, eran dueños y señores del partido. Inglaterra se impuso con claridad durante la primera media hora, cuando el adversario trataba de poner los pies en la tierra. Sobre todo entonces pero también en el resto del partido se confirmó que Eriksson dispone de un centro del campo espectacular, con Lampard y Gerrard.
No obstante, Inglaterra dejó algunas dudas. Por ejemplo, delante. Sin Rooney, los ingleses no tienen gol. Owen está acusando la inactividad y Peter Crouch hace su misión, es incómodo para las defensas rivales, abre huecos como nadie y tiene una destacada coordinación en sus piernas si se tiene en cuenta que es un delantero de 198 centímetros. Pero falta el matador, el hombre que defina, el "depredador del área". En la segunda parte, Paraguay demostró que puede hacer algo más, sobre todo si encuentra a uno de sus futbolistas más destacados y que mejor mueve el balón: Paredes. Y también se le da más minutos a un ratón entre líneas como Nelson Cuevas. Los guaraníes echaron de menos a un poco participativo Roque Santacruz, al que compensó el incisivo Nelson Váldez, que jugaba "en casa" ya que milita en las filas del Werder Bremen. A Inglaterra le bastó aguantar pero deberá hacer algo más para confirmar su papel de favorito. Será complicado que todos los partidos se pongan tan de cara como el de ayer.
Trinidad y Tobago se encargó de dar la primera sorpresa del Mundial al lograr un meritorio empate frente a Suecia. A la hazaña contribuyó el equipo europeo con un partido plano, en el que fue incapaz de imponer su ritmo, sorprendido por la capacidad física de los triniteños, incluido su veterano capitán Dwight Yorke, que ha pasado de ser un prolífico delantero a hacerse con los galones de jefe por delante de la defensa.
Suecia, un equipo destacado de centro del campo hacia adelante, falló precisamente en esta faceta, de cara a puerta, defendida de forma admirable por Hislop. Por momentos se atrancó en el centro del campo, sobre todo por la decisión del seleccionador de formar de inicio con Linderoth y Wilhemson y dejar en el banquillo el talento del futbolista del Rennes Kim Kallstrom. Cuando éste compareció en el terreno de juego, un cuarto de hora antes del pitido final, demostró el bien que le puede hacer al combinado sueco. Desatrancó el juego en el centro del campo y se sacó pases al hueco para Ibrahimovic y Larsson, que no tuvieron su día.
Mientras, los caribeños destacaron, además de por su físico, por su orden. Se nota la labor de Leo Beenhaker, sabedor de que sólo la disciplina puede llevar a un equipo como éste a hacer un papel digno en Alemania.
Y para cerrar el día, la lección de Argentina. La albiceleste debutó en el Mundial con una clase magistral de oficio frente a una Costa de Marfil que decepcionó por momentos. Desde el primer minuto, Argentina impuso el ritmo que le convenía, pausado, con mucho toque de balón en el centro del campo y esperando su oportunidad para golpear. Peckerman sabía que jugar al ritmo que prefieren los africanos es un suicidio. Mientras, Henri Michel, técnico francés de Costa de Marfil, pareció conformarse con el planteamiento y aprovechar las escasas oportunidades en que los 'naranjas' robaban la pelota en el centro del campo y se iban al ataque con rapidez. Pero en ese aspecto también hay diferencias. Mientras los marfileños se estrellaron contra la experimentada defensa argentina, Crespo, un auténtico cazagoles, aprovechó un barullo dentro del área para poner nerviosos a los africanos. Argentina también golpeó a la segunda, con un pase perfecto de Riquelme, que no jugó precisamente su mejor partido, que Saviola envió a la red de forma magistral. Y oficio y oficio y más oficio ante una voluntariosa Costa de Marfil, que ni siquiera dio emoción con el postrero gol de Drogba. Obviamente, Argentina no iba a conceder ni un guiño al suspense. A partir del 2-1 el fútbol se terminó porque desde el pitido inicial mandó Argentina, se jugó como ella quiso, cuando ella quiso. Y cuando no quiso, no se jugó. Cuando Costa de Marfil sepa actuar igual será temible. Pero para entonces ya habrán transcurrido unos cuantos Mundiales.
El detalle. Inglaterra y Paraguay ya se enfrentaron en el Mundial de México 86, en la fase de octavos de final. Los latinoamericanos dieron una buena imagen en el Campeonato; formaban con un excelente guardameta, el "gato" Fernández, con Romerito, que recalaría sin fortuna en el F.C.Barcelona, y con Virgilio Ferreira, un centrocampista ofensivo que posteriormente jugaría en España, en las filas del Betis y del Extremadura. Inglaterra se impuso en aquel partido por 3-0, con dos goles de Gary Lineker, que fue el máximo anotador del Mundial, y uno de Peter Beardsley. El capitán de los ingleses era el mítico y longevo guardameta Peter Shilton.
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