lunes, octubre 16, 2006

La hora de ser valientes

La valentía es una actitud ante la vida; no se trata de ser o no valiente en momentos determinados sino de afrontar las situaciones con esa determinada actitud. Sin embargo, qué duda cabe que hay escenarios en los que es más oportuno sacar a pasear esta virtud. Y éste es uno de los casos que se le plantea al Atlético de Madrid.
El club rojiblanco, con más de cien años de historia, muy querido y respetado en España y más allá de nuestras fronteras, debería ser valiente y denunciar a la Federación Española de Fútbol por la lesión de su futbolista Maxi Rodríguez. Enrique Cerezo, presidente del Atlético, ha manifestado en repetidas ocasiones su intención de estudiar una posible denuncia contra la Federación Argentina (AFA), que fue la que convocó a Maxi para disputar el amistoso frente a España. Pero ni una palabra de pleitear con el organismo que puso en bandeja la lesión al empeñarse en disputar el partido en un terreno de juego indigno, peligroso y nada profesional.
Ahora, que el equipo nacional está abandonado a su suerte, que una categoría tan importante como la sub-21 atraviesa la mayor crisis de su historia, que la Federación está descabezada, con un presidente más pendiente de sus asuntos en las altas instancias de UEFA y FIFA que de atender lo que ocurre en su destartalada casa, ahora digo es el momento de poner fin a todo esto.
Es el momento de decir basta, de preguntarse por qué el partido tenía que jugarse en ese terreno de juego, pasara lo que pasara, de interrogarse por qué el encuentro tenía que disputarse en Murcia se hundiera el cielo y la tierra (la del terreno de la Nueva Condomina lo hacía y de qué manera), de reflexionar si es lógico que una productora audiovisual y un oscuro personaje como Jesús Samper manden más en la Federación que los propios Angel María Villar y Luis Aragonés. Porque no es la primera vez. Porque para jugar un trascendental España-Ucrania para la Eurocopa de Portugal se llevó el partido al Martínez Valero de Elche, preparado en esos momentos para cosechar de todo menos un buen resultado. Porque un amistoso contra Escocia que se disputó en el Ciudad de Levante tuvo que darse por concluido en la primera mitad debido a un apagón interminable.
El sábado Martin Petrov sufrió la misma lesión que Maxi y el terreno de juego no estaba en malas condiciones. También Cicinho cayó lesionado de gravedad en Sevilla sin que el estado del césped tuviera nada que ver. Pero no son excusas para justificar que el encuentro del pasado miércoles se disputara en semejante sembrado.
Pero, insisto, hay que ser valientes para ir contra la Federación. Porque la Federación tiene unos cuantos resortes de poder, pero sobre todo uno muy temido: el colectivo arbitral. El propio Atlético de Madrid ha sido testigo involuntario en las últimas jornadas de lo que puede cambiar el panorama por obra y gracia de los colegiados. Y es comprensible que a Cerezo se le encoja la mano. No ha sido el caso de Miguel Angel Gil Marín, accionista mayoritario del club, que ha cifrado el coste de la lesión de Maxi en seis millones de euros y sí ha mencionado a la Federación Española entre los posibles objetivos de la denuncia. Sin embargo, tanto Gil Marín como Cerezo llevan casi 20 años en esto y conocen lo poco conveniente que es caminar por el lado salvaje.
Claro que el escenario sería distinto si el Atlético de Madrid no fuera solo. No deseo que el club colchonero vaya de conejillo de indias, para llevarse el palo y abrir una posible veta. En este caso todos los clubes deberían ir de la mano contra la Federación. Porque el lesionado fue Maxi pero podría haber sido Xavi, Sergio Ramos, Albelda, Arruabarrena o Messi. Ahora, no me voy a hacer el ingenuo. Comprendo que es imposible la unión de unos clubes que sólo velan por sus intereses. Porque, además, tampoco no engañemos, los hay que están encantados con la actual Federación Española de Fútbol y no quieren que cambien ni las moquetas de Alberto Bosch. Así nos luce el pelo.
En fin, el Atlético ya lanzó el globo sonda de la denuncia a la AFA y en Buenos Aires lo recogieron y lo mandaron de vuelta para España, con un mensaje: "haber contratado un seguro, mirad lo que dice la FIFA". Llega la hora de los valientes pero entiendo perfectamente a Cerezo. Lo de llevarse todos los bofetones para que luego se aprovechen los demás es de tontos. Y los tontos raramente ganan algo. Y de eso se trata, ¿no?

1 comentario:

la aguja dijo...

Obradek, ¿eres tú quien ha escrito el artículo? A fe que estás desnortado, amigo.

Llevaba yo un par de articulillos seguidos en mi bitácora hablando sobre el particular (ambos artículos acababan en -itis; ya sabes, inflamación…), cuando a los dos días del segundo artículo se lesiona el argentino.

Tenía pensado ahondar en el tema más adelante, pero tras leer tu escrito de hoy te diré que en honor a esta confusión que os embarga me daré prisa y lo subiré a finales de semana. Y le daré un formato conclusivo para con esta polémica.

Espero que coincidamos. Saludos.