lunes, agosto 27, 2007

Mucho por mejorar

Fue una de las frases del verano: "Schuster tiene mucho trabajo". Obvio, si se tiene en cuenta que se hizo con un equipo con ocho nuevas incorporaciones, algunas de ellas tardías, y que su concepción de juego es radicalmente diferente (ni mejor ni peor) de la de su antecesor, Fabio Capello. Por eso, la victoria madridista en el primer partido de Liga no debe ser ese grupo de árboles que impiden ver el bosque.
El actual campeón del torneo tiene mucho que mejorar. Es especialmente preocupante la falta de contundencia, tanto arriba como abajo. Una de las consecuencias del cambio de entrenador parece ser una cierta pérdida de carácter, todo un lujo que el Real Madrid jamás debe permitirse, pues siempre será un equipo a batir, independientemente de su situación. El fútbol se juega del centro del campo hacia adelante pero también hacia atrás y el que no se esmere en alguna de las dos direcciones está perdido. Y no es ésta una cuestión de los futbolistas que conforman la defensa porque cuatro es un número netamente insuficiente. El primer defensa del equipo debe ser el delantero centro. Junto con la cuestión de los ajustes defensivos, más complicada de resolver, esta tarea debe ser prioritaria para Schuster porque el rival no puede llegar tantas veces a las inmediaciones de Casillas.
El equipo blanco debe mejorar mucho también en circulación de balón, sobre todo porque hay veces que ni Guti ni Snijder aparecen o bien ni los centrales ni Diarra son capaces de encontrarlos. Algunos futbolistas deben buscar su forma porque se la han dejado olvidada en el destino de las vacaciones (¿verdad, Robinho?).
Por otra parte, un equipo en principio concebido para jugar por bandas muestra una cierta tendencia a ser "cojo", es decir, a emplear mucho más una que otra (en este caso, la izquierda). Una tendencia que puede agravarse con la incorporación de Robben. El trabajo de las jugadas a balón parado (parece ser que es parcela exclusiva del segundo técnico, Manolo Ruiz) también debe realizarse a la inversa, es decir, no sólo ensayar las de ataque sino además las de defensa.
Y sí, el Madrid venció al vecino, en un partido comprometido, el debut en Liga. El público se divirtió, sí; vio otro tipo de juego, sí. Pero a este equipo le queda mucho por mejorar. Cuando el verano torna a su fin, hay que cambiar la frase, pero por esta otra: "Schuster sigue teniendo mucho trabajo". Tan absurdas son las alarmas por quedar tercero en el Ramón de Carranza como las euforias por arrancar la Liga con triunfo.

sábado, agosto 25, 2007

Ahora que empieza la Liga...

Me surgen dudas, muchas dudas. ¡Como para que no sea así! Por delante, 38 jornadas y nueve largos meses de competición. A la vista de lo visto en pretemporada, parece que los interrogantes sólo los generan unos cuantos. Pero la curiosidad de los aficionados no conoce límites y si alguno conoce la respuesta a alguna de estas preguntas estaría muy bien que aportase su granito de arena.
Por ejemplo, me gustaría saber cómo va a ser el banquillo del Fútbol Club Barcelona este año. O dicho de otra forma, si Frank Rijkaard va a alinear juntos a los llamados "cuatro fantásticos", a saber, Eto'o, Henry, Ronaldinho y Messi. A veces, las papeletas de los entrenadores son de nota porque me da la impresión de que haga lo que haga el técnico holandés va a estar en la picota.
Otra interrogante la genera el Atlético de Madrid, el primero en algunos años sin Fernando Torres, como recuerda la prensa en estos días. Habrá que ver cómo se desenvuelve el club colchonero sin el viejo recurso de volverse hacia la figura de su delantero centro cada vez que las cosas no van según lo previsto. Cumpliendo la tradición, el Atlético ha completado una buena pretemporada y ha generado ilusión.
Por ser original, la mayor duda que me produce el Real Madrid es qué hubiera sido de este equipo si Fabio Capello hubiera podido trabajar un año con él. Mi impresión es que después de todo lo sucedido la temporada pasada, el italiano hubiera sido capaz de fortalecer aún más al once blanco y, además, hacerle jugar mejor al fútbol. Ahora, todos los comentarios (negativos) que ha suscitado el Madrid se resumen en que el equipo vuelve una vez (cuántas van) a partir de cero y, por lo tanto, su rendimiento es una incógnita.
Por difícil que parezca, el Sevilla también sugiere interrogantes. Sin ir más lejos, cómo será capaz de compatibilizar Liga y Champions, sobre todo teniendo en cuenta que los rivales ya van a encarar al club hispalense de otra forma; sin duda, supondrá un plus ponerle las cosas complicadas e incluso hacer pinchar a un equipo que "sólo sabe ganar", como dijo su presidente, José María del Nido (ojo a estos detalles, suelen pasar factura). O cómo gestionará circunstancias como los cantos de sirena hacia el míster, Juande Ramos, que llegan desde Inglaterra, el enfado de Dani Alves por no haber sido traspasado o las tribulaciones de futbolistas mediocres (que alguno también tiene el Sevilla), que ven lo complicado que van a tener jugar debido a su discutible calidad.
Y, en fin, aparte de las opciones de Valencia, Zaragoza y Villarreal, la clásica revelación del campeonato (imposible de prever) y demás, también habrá que pararse a pensar cómo será la temporada desde el punto de vista arbitrall porque, en esta cuestión, la pretemporada también ha dejado muchas dudas.

martes, agosto 07, 2007

No la hagas y no la temas, Ron Dennis

Hago acompañar de una de las perlas del refranero al que considero máximo responsable de la crisis vivida en McLaren a raíz de los acontecimientos del último fin de semana en el Gran Premio de Hungría. Primero, porque para algo es el jefe y máximo responsable, que no está sólo para cobrar y dar órdenes. Y segundo porque, a raíz de todo lo visto y leido en las últimas horas, me da la impresión de que Lewis Hamilton lleva mucho tiempo actuando por libre en la escudería con la aquiescencia de Ron Dennis, bien por acción, bien por omisión.
Sólo de esta forma se explica el tono de la conversación que ambos mantuvieron durante y después de la sesión de entrenamientos del sábado, que revelaba de forma detallada la prensa británica. ¿O acaso es normal que cuando el jefe abronca al subordinado éste le responda diciéndole cosas como "no me vuelvas a hacer eso en tu puta vida"? Da la sensación de que Hamilton se indigna al comprobar que, en esta ocasión, no se le permite hacer de su capa un sayo como en las vaya-usted-a-saber-cuántas anteriores.
Vaya por delante que soy de la opinión de que Fernando Alonso se detuvo en los boxes a propósito para impedir que su compañero de escudería diera la última vuelta e intentar lograr la pole position, es decir, para evitar que, de nuevo, Hamilton impusiera su santa voluntad. Y no está bien. Pero lo que me extraña de forma notable es el enfado de Dennis. ¿Qué esperaba, que Alonso volviera a tragar y a aguantarse? Supongo que no es necesario recordar al director general de McLaren que el español es bicampeón del mundo y que nadie le ha regalado nada. Que, a diferencia de Hamilton, llegó a la F1 a los mandos de un Minardi, monoplaza equipado con soluciones tecnológicas obsoletas, desechadas por otros equipos tres años atrás, con el que, ante el asombro de los propios responsables del equipo, Alonso no sólo no llegó al final de sus días empotrado contra alguna tribuna sino que consiguió terminar muchas carreras y, en algún caso, puntuar. Que tuvo la paciencia de ser piloto probador cuando él sabía de su potencial. Que ganó dos títulos mundiales con Renault, un equipo que no tenía ni el mejor ni el segundo mejor coche y que porfiaba por ser el tercero en discordia (es decir, en teoría por finalizar las carreras en quinto o sexto lugar). En fin.
Lo de Hamilton se podría hacer (tampoco sería demasiado ético pero pasaría) con un "becario", una figura que, obviamente, no existe en un mundo tan profesionalizado. Pero insisto, creo que el piloto inglés tiene una mínima parte de culpa; casi toda es para la persona que le ha consentido demasiadas cosas y que, cuando ha querido frenarle, se ha dado cuenta de que era demasiado tarde. Si en McLaren tiene que ser Fernando Alonso el que ponga orden eso quiere decir que el de arriba no está cumpliendo con su obligación. Presionado, obligado, maniatado, como sea. Pero no está cumpliendo.
Y para que no haya dudas, Hamilton me parece un piloto soberbio. Pero con su comportamiento él mismo destroza su imagen, sobre todo si comienzan a extenderse las dudas sobre la existencia de un trato de favor. Claro que sobre esto también tendría mucho que decir Ron Dennis, futuro aprendiz de refranero español: "no la hagas y no la temas".

lunes, agosto 06, 2007

Una larga pretemporada

Al Real Madrid le espera una pretemporada larga e intensa. Se extenderá por lo menos hasta mediados del mes de noviembre. Y más se alargará cuanto más se tarde en completar la plantilla, no sólo con los que tienen que venir sino también con los que van a dejar el equipo, que resultan un lastre pesado para las pruebas que está llevando a cabo Schuster.
Comprobé divertido el otro día como, en uno de los innumerables foros de Internet, un aficionado madridista se alarmaba ante el actual estado del equipo y exclamaba: "¡que la Supercopa contra el Sevilla es dentro de una semana!". Pues sí, demasiado pronto llega este envite que, además, para equipos como Real Madrid y F.C.Barcelona son torneos de poco que ganar y mucho que perder (si se hacen con él se considera un trofeo menor y si se pierde comienza a destaparse la caja de los truenos).
Bien harían en Madrid si comenzaran a prepararse para la tormenta porque el equipo está muy verde y, lógicamente, Schuster está haciando las pruebas necesarias para intentar formar una plantilla de garantías (otra cosa es que lo consiga). Si Fabio Capello hubiera permanecido en el banquillo blanco, los aficionados estarían más tranquilos porque seguramente el equipo daría sensación de estar más rodado. Pero estas son las consecuencias de cambiar cada año una pieza sensible como es el entrenador. El Madrid entiende de estas cuestiones, sobre todo en las últimas temporadas. El ex presidente Florentino Pérez llegó a creerse aquello de que el equipo se entrenaba solo y, vistas así las cosas, decidió sustituir a Vicente del Bosque (cuyo fuerte no es la imagen) por algo mucho más vistoso como Carlos Queiroz, excelente en su papel de sombra de Sir Alex Ferguson.
El resultado es conocido por todos, aunque lo peor no fue lo que sucedió aquella temporada (que ya fue) sino todo lo que arrastró. A partir de entonces, el banquillo madridista ha sido un ir y venir de inestables inquilinos hasta el nuevo aterrizaje de Capello. Al italiano, ya sin gira asiática pero todavía con aventura americana, le duró también bastante la pretemporada porque, obviamente, los juegadores del Madrid llegaron al estreno de la competición oficial (debut liguero en el Bernabéu frente al Villarreal) prácticamente sin haberse enterado de lo que Capello quería de ellos. Así llegó el parón navideño, con goleada encajada en casa frente al Recreativo, el crudo invierno con eliminación de la Champions y de la Copa... y el Madrid seguía en pretemporada. Total, que cuando el Madrid tuvo preparada la bicicleta, ajustados los cambios y desarrollos, con el maillot y el casco adecuados, la carrera hacía tiempo que había empezado y al pelotón ni se le veía. Y si el resto de corredores no se relaja de esa manera, los blancos no sólo no hubieran ganado en la foto-finish, sino que hubieran quedado descolgados.
Con estos precedentes, el aficionado debe valorar cada punto que se logre en las primeras jornadas de Liga como si fuera oro (porque se obtendrá de forma sui generis), obviamente olvidarse de la Supercopa desde ya y rezar porque el sorteo de la Primera Fase de la Champions sea benévolo. Pero vamos, lo que es ver funcionar al equipo (si llega a hacerlo) tardará, sin duda más allá de los bolos de verano. Y todo será mucho más emocionante si, cuando Schuster logre poner la maquinaria en marcha, se le destituye y se trae a otro para que, una vez más, la pretemporada dure hasta marzo.
Y ya que estábamos de recuerdos, el Barça tan laureado de los últimos años, el equipo que logró la Copa de Europa y las dos ligas consecutivas con Rijkaard, también tuvo su particular pretemporada larga en el primer año del técnico holandés. A las primeras de cambio, repaso del Depor en el Camp Nou; aproximándose las Navidades, derrota en casa frente al Madrid tras 20 años de sequía blanca en feudo culé; en fin, ultimátum al entrenador tulipán en Valladolid al filo de la segunda vuelta. Hablamos del mes de febrero.
Aún así, por lo visto y sobre todo leido, había bastante gente que pensaba que el equipo iba ya a funcionar a agosto. Si juega a algo a mediados de noviembre, los sufridos aficionados madridistas podrán darse con un canto en los dientes y quizá soñar con volver a la Cibeles.

sábado, agosto 04, 2007

El peligro de la actitud

Los manuales de fútbol cuentan que en pretemporada los resultados son lo de menos, que lo importante es desentumecer músculos, buscar sistemas ideales y válidas alternativas y acoplar a los jugadores que se incorporan a la plantilla. Aunque ya es sobradamente conocido que esta ortodoxia no es aplicable a los equipos grandes, a los que no está permitido perder ni en los entrenamientos, no deja de tener una lógica aplastante. Por eso, las derrotas de los equipos españoles que estamos presenciando estos días (del Valencia frente al PSG, del Real Madrid frente al Hannover 96, del Atlético de Madrid ante el Ajax) e incluso de otros equipos grandes extranjeros (del remozadísimo y poderoso Bayern de Munich ante el Colonia, que conoció tiempos mejores pero que actualmente milita en la segunda división alemana) deberían pasar desapercibidas.
Si el Madrid hubiera tenido un segundo pinchazo consecutivo frente al Lokomotiv en Moscú, el efecto hubiera sido obviamente negativo para el club blanco. Pero lo más grave de todo hubiera sido esa actitud mostrada en la primera parte del choque. Al fin y al cabo, la derrota en Alemania fue a todas luces exagerada y el equipo mostró algunos detalles interesantes (así como otros inquietantes, sobre todo atrás). Sin embargo, los aficionados pudieron ver por TV como al terreno de juego del Luzhniky Stadium salía un equipo derrotado de antemano, entregado a la suerte de que el contrario estaba más rodado, tenía mejor condición física y, además, ya se había puesto por delante antes de que se cumplieran cinco minutos de juego. Volvieron algunos fantasmas del pasado: ni una falta, ni atisbo de presión al rival, ni una mínima muestra de agresividad...
Y eso sí que es grave, mucho más que una derrota (y más en pretemporada).
En la segunda parte hubo cambios, sí, e importantes. Pero los que salieron de inicio eran diferentes, empezando obviamente por Guti, que merece capítulo aparte. Dos semanas y media después de haber empezado a trabajar no se le puede pedir a un equipo que raye a gran altura en el plano físico. Pero la actitud es como el valor en el Ejército, se da por supuesta. No se trata de un extra que tenga que llevar nadie como un valor añadido.
Por un momento, en casi toda la primera parte, se perdió ese espíritu de equipo que tanto costó forjar el año pasado (los habituales del blog recuerdan el post en el que se comparaba a Capello con el célebre señor Miyagi de la película Karate Kid, con el "dar cera, pulir cera") y que acabó por darle el título de Liga. Al margen de los cinco goles, se vio presión, actitud, fuerza, agresividad. Se vieron simples detalles como protestas al colegiado, que casi ni se habían visto en el primer tiempo. Y con eso bastó.
El prometido capítulo aparte para Guti. La segunda parte que hizo frente al Lokomotiv no se la he visto hacer a Kaká ni por asomo. El brasileño tampoco ha protagonizado nada parecido a la actuación del madrileño en Liga frente al Sevilla en el Bernabéu. Ni frente al Barcelona en el Camp Nou (por cierto, me dicen que a Kaká ni se le vio en el partido frente al PSV correspondiente al torneo que organiza el Lokomotiv). Lógicamente, el Madrid necesita un refuerzo en ese puesto por dos razones: primero, por las exigencias de una temporada larga; segundo, porque Guti es tan genial como inconstante e irregular. Pero se trata de un refuerzo, no de alguien por el que haya que tirar la casa por la ventana. Y mucho menos Kaká.

jueves, agosto 02, 2007

La obsesión, peor que el 3-0

Cada pretemporada sucede lo mismo. Tengo la impresión de que es un invento nuevo, como si nunca se hubiera realizado. Y resulta que, con las lógicas diferencias, todas son iguales. Con los mismos comentarios, las mismas negociaciones para lograr los fichajes, las mismas dudas... Comprendo que deben generarse noticias para no aburrir al personal que, aunque se encuentre de vacaciones, necesita algo para llevarse a la boca. Pero los "estallidos de las alarmas" son de nota.
Lo que me parece sorprendente y pudiera llegar a ser alarmante es lo del Real Madrid con Kaká. El peligro es que llegue a convertirse en una especie de obsesión. De momento, en el caso (muy improbable) de que el brasileño llegara a fichar por el equipo blanco, la presión sobre sus hombros sería de tal magnitud que difícilmente podría soportarla. Desde luego, afectaría a su rendimiento. Le afectó a Zidane, un futbolista templado como él solo, y que llegó a confesar que pasó sus primeras semanas en el Madrid sumido en un mar de dudas; él, que aterrizó en Chamartín como el mejor futbolista del mundo, y que a los dos partidos ya estaba siendo silbado por el exigente público del Santiago Bernabéu.
Con vistas a la afición, la directiva madridista se puede mover todo lo que quiera. Pero Kaká no vendrá por una razón muy sencilla, accesible hasta para las mentes más catas: no quiere jugar en el Real Madrid. La última posibilidad del fichaje se escapó cuando la Justicia italiana rebajó la condena contra el Milán por el escándalo de amaño de partidos en el fútbol transalpino, más conocido como Moggi-gate, por la implicación directa del director general de la Juve, Luciano Moggi. El club rosonero no sólo se libró del descenso administrativo (lo que no pudo evitar la Juve, de ahí el espectacular éxodo de sus jugadores: Thuram, Cannavaro, Emerson, Zambrotta, Ibrahimovic... más el entrenador, Fabio Capello, y los que quisieron irse y les cerraron literalmente las puertas, como Mauro Camoranessi), sino que, además, pudo jugar la Champions, con el pequeño inconveniente de tener que disputar la previa, algo que no fue obstáculo para ocho meses después alzar la preciada copa de las orejas grandes en Atenas.
Si el Milán hubiera sido castigado en la misma medida que la Juventus, quizá hoy Kaká vestiría de blanco. Pero con el curso de los acontecimientos, el astro brasileño está tan a gusto en Milán y no ha movido ni un dedo (ni lo moverá próximamente) para dejar el club de Silvio Berlusconi. Muchas veces se ha dicho que los futbolistas tienen la sartén por el mango y que, al final, se acaba imponiendo su voluntad en las negociaciones entre los clubes. Con este precepto en la mano, Kaká no se moverá del Milán.
Por este motivo, me parece absurdo que la directiva del Madrid se obsesione por su contratación. No creo que Ramón Calderón deba permitir que los futbolistas le digan muchas veces "no" al Real Madrid. Ocurre con Kaká y también con Cesc Fábregas. ¿Cuánto tiempo soportará el club las continuas negativas? Quizá dentro de un tiempo, sean ellos los que den el primer paso y entonces corresponderá al Madrid la decisión final.
Pero, hasta ese momento, hay que mirar hacia adelante. El 3-0 de Hannover es un capítulo más de las cíclicas pretemporadas, con la importancia que cada cosa tiene. Pero la obsesión con Kaká sí es negativa, muy negativa. Un factor a corregir cuanto antes.

miércoles, agosto 01, 2007

El momento de Schuster

Con la primera derrota del Real Madrid en pretemporada llega uno de los momentos claves para evaluar si Bernd Schuster está capacitado para llevar las riendas del equipo blanco. Y es así porque precisamente en estos momentos se nota de una forma particular el peso del escudo.
Nadie se deberá enfadar si digo que una derrota del Getafe, el anterior equipo de Schuster, ante el Hannover 96 en pretemporada hubiera pasado prácticamente desapercibida. Pero mañana se publicarán decenas de análisis sobre el partido de anoche en el AWD Stadium y, obviamente, ni el equipo ni Schuster van a salir bien parados. Y eso que el técnico alemán cuenta con la ventaja de no partir con la prensa en contra, lo que no le sucedió a su antecesor en el banquillo merengue, que fue injustamente masacrado desde la celebración del Trofeo Ramón de Carranza.
Ahora es cuando Schuster debe demostrar si tiene talla para ser entrenador del Real Madrid, cuando los comentarios se cebarán sobre su figura. Por lo citado anteriormente, quizá las críticas se centren en el equipo, en determinados futbolistas que no aprovechan sus oportunidades, en la falta de refuerzos o en las promesas incumplidas del presidente. Pero el alemán no debe fiarse, se trata de una simple tregua. Tarde o temprano, los palos le buscarán con fiereza.
Schuster nos sorprenderá gratamente si es capaz de seguir trabajando con calma, siguiendo su particular "hoja de ruta", tras lo sucedido en Hannover. Después de todo, no ha ocurrido nada fuera de lo corriente: el equipo acaba de empezar, no está a tono físicamente, necesita mejorar muchos ajustes (es lo que tiene cambiar de técnico cada año, gane o pierda) y, encima, ni siquiera ha tenido mucha suerte arriba. El Hannover 96 está más rodado y comienza el baile este fin de semana (aunque con la primera ronda de la Copa; la Bundesliga se iniciará el 10 de agosto, por cierto, con partidazo: Stuttgart-Schalke 04). Pero Schuster tendrá que aprender rápidamente que, quizá, al aficionado que se ha quedado frío por la tarde viendo el partido no le valen estas explicaciones y mucho menos si escucha a los analistas, los mismos que la temporada pasada, por estas fechas, auguraban lo peor para el Madrid de Capello.
Es decir, lo que le ha sucedido al Madrid tiene mucho de lógica. Pero no deja de ser una derrota. Y éstas nunca se encaran bien en Chamartín. Por eso, más que nunca llega el momento de Schuster. De comprobar si se verá desbordado por los ríos de tinta y huracanes de voces que generará el partido de Alemania o proseguirá con sus planes y su sensación de tenerlo todo bajo control. Lo segundo sería lo deseable; lo primero, una noticia mucho peor que cualquier derrota. Sobre todo la de ayer, previsible, lógica, y me aventuro a decir que no será la única de aquí al comienzo de la Liga.