Con la primera derrota del Real Madrid en pretemporada llega uno de los momentos claves para evaluar si Bernd Schuster está capacitado para llevar las riendas del equipo blanco. Y es así porque precisamente en estos momentos se nota de una forma particular el peso del escudo.
Nadie se deberá enfadar si digo que una derrota del Getafe, el anterior equipo de Schuster, ante el Hannover 96 en pretemporada hubiera pasado prácticamente desapercibida. Pero mañana se publicarán decenas de análisis sobre el partido de anoche en el AWD Stadium y, obviamente, ni el equipo ni Schuster van a salir bien parados. Y eso que el técnico alemán cuenta con la ventaja de no partir con la prensa en contra, lo que no le sucedió a su antecesor en el banquillo merengue, que fue injustamente masacrado desde la celebración del Trofeo Ramón de Carranza.
Ahora es cuando Schuster debe demostrar si tiene talla para ser entrenador del Real Madrid, cuando los comentarios se cebarán sobre su figura. Por lo citado anteriormente, quizá las críticas se centren en el equipo, en determinados futbolistas que no aprovechan sus oportunidades, en la falta de refuerzos o en las promesas incumplidas del presidente. Pero el alemán no debe fiarse, se trata de una simple tregua. Tarde o temprano, los palos le buscarán con fiereza.
Schuster nos sorprenderá gratamente si es capaz de seguir trabajando con calma, siguiendo su particular "hoja de ruta", tras lo sucedido en Hannover. Después de todo, no ha ocurrido nada fuera de lo corriente: el equipo acaba de empezar, no está a tono físicamente, necesita mejorar muchos ajustes (es lo que tiene cambiar de técnico cada año, gane o pierda) y, encima, ni siquiera ha tenido mucha suerte arriba. El Hannover 96 está más rodado y comienza el baile este fin de semana (aunque con la primera ronda de la Copa; la Bundesliga se iniciará el 10 de agosto, por cierto, con partidazo: Stuttgart-Schalke 04). Pero Schuster tendrá que aprender rápidamente que, quizá, al aficionado que se ha quedado frío por la tarde viendo el partido no le valen estas explicaciones y mucho menos si escucha a los analistas, los mismos que la temporada pasada, por estas fechas, auguraban lo peor para el Madrid de Capello.
Es decir, lo que le ha sucedido al Madrid tiene mucho de lógica. Pero no deja de ser una derrota. Y éstas nunca se encaran bien en Chamartín. Por eso, más que nunca llega el momento de Schuster. De comprobar si se verá desbordado por los ríos de tinta y huracanes de voces que generará el partido de Alemania o proseguirá con sus planes y su sensación de tenerlo todo bajo control. Lo segundo sería lo deseable; lo primero, una noticia mucho peor que cualquier derrota. Sobre todo la de ayer, previsible, lógica, y me aventuro a decir que no será la única de aquí al comienzo de la Liga.
miércoles, agosto 01, 2007
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1 comentario:
¡Qué bueno tenerte de vuelta, Obradek!
Voy a ponerme al dia y te cuento...
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